Los jovenesLA NOCHE DE LOS LAPICES Recordamos a estos jóvenes compañeros, que aún siguen desaparecidos y que se transformaron en la llama que mantiene viva la lucha de todas las generaciones posteriores por un mundo sin injusticias Por: Corriente Nacional Emancipación Sur  

La noche de los Lápices es parte de la historia del genocidio ocurrido en nuestro país que no sólo dejó el terrible saldo de 30.000 desaparecidos sino también huellas difíciles de superar en nuestra sociedad aún hoy a tantos años de estos sucesos. El relato y la valoración de estos hechos  también cambian con el tiempo adaptándose al transcurrir del tiempo y los cambios en la apreciación de la historia de nuestro país.

Diez jóvenes de entre 16 y 18 años son los protagonistas de esta fatídica jornada jornada: María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, Daniel Racero, y Horacio Ungaro permanecen desaparecidos, mientras que Pablo Díaz, Gustavo Callotti, Patricia Miranda y Emilce Moler son los sobrevivientes de este episodio.

Durante muchos años, el relato que simplificado que llegó a la mayoría de la sociedad era que estos jóvenes secundarios luchaban por el Boleto Estudiantil, y que ese fue el motivo de su secuestro. Es decir, eran jóvenes que militaban por un derecho justo y simple como el boleto estudiantil. Esta manera de ver los acontecimientos se emparenta con la de creer que los desaparecidos lucharon por democracia formal, por el funcionamiento de las instituciones, por las libertades individuales y no por las verdaderas causas que motivaron su militancia. Está claro que nuestro país no tenía estabilidad democrática formal, pero también que esto, como siempre, hay que mirarlo desde un contexto más amplio y ver que era la realidad de toda América Latina. La militancia revolucionaria en la Argentina que se desarrolló entre 1966 y 1978 iba por mucho más que esa formalidad, por mucho más que el derecho al boleto estudiantil.

En respuesta a la pregunta de por qué militaba, Emilce Moler, una de los sobrevivientes,  responde en un reportaje:

"En esos años era imposible no hacerlo, y yo tenía claro que quería trabajar para que no hubiera más pobres".

Creo que no se puede resumir mejor el conjunto de ideales, el proyecto de una sociedad distinta con justicia en todos los órdenes, que la idea concreta de terminar con la pobreza, tenemos que agregar a esto, especialmente para los jóvenes, que esa idea era realmente algo posible y muy alejado de lo que puede considerarse utópico, era algo que podíamos alcanzar para nuestro pueblo.

Esta militancia se planteaba la lucha para la toma del poder para cambiar la sociedad, para crear una nueva, con nuevos valores como la justicia social, la solidaridad, la igualdad de posibilidades, la soberanía, la unidad latinoamericana, la liberación nacional y social.

Evidentemente este operativo tuvo el objetivo concreto de atacar la militancia en los colegios secundarios, pero la extrema juventud de estos compañeros no constituye una excepción de la época sino todo lo contrario , sepamos que el 43,23% de los desaparecidos tenía entre 16 y 25 años, y es el segmento más numeroso de todos.

Como argentinos tenemos la obligación de recordar en profundidad nuestra historia y nuestros muertos, LOS DESAPARECIDOS NOS FALTAN A TODOS es una verdad que se hará carne en nosotros cuando podamos concretar ese sencillo y fundamental sueño de  nuestros compañeros y compañeras desaparecidos, sencillamente: "que no hubiera más pobres" en nuestra patria.