BAHÃA BLANCA
Volver a preguntas iniciales sobre qué sistema de ferrocarriles queremos para nuestro paÃs y si el Proyecto de Ley recientemente aprobado por diputados nos acerca o nos aleja de ello, es indispensable.
Por: Laura GarcÃa Vázquez - Emancipación Sur
Antes de eso, es necesario, una vez más, señalar nuestra condición de paÃs dependiente y lo que eso significa en este siglo XXI de economÃa globalizada. Estamos desarrollando nuestras polÃticas o estamos respondiendo a intereses privados y extranjeros?
Un tercer aspecto no menos importante es señalar la nacionalidad de los trenes. Puede llamarse "trenes argentinos" a los que le compramos a China? y es más, podemos hacer eso, nosotros los argentinos, con nuestra tradición de fabricación de trenes de industria nacional?
Evidentemente hoy en dÃa privado-estatal es parte de un manejo de intereses económicos al que es necesario escapar, entonces, no es justamente por las palabras que podemos cambiar una realidad, sino plantearnos si se está llevando adelante una polÃtica autónoma o se está respondiendo a mantener cierto orden sin profundizar demasiado en un proyecto realmente nacional, popular y sobre todo, emancipatorio en materia de ferrocarriles, en el modelo productivo y en el sistema de transportes general que evidentemente está absolutamente vinculado a la cuestión que nos atañe.
La información veraz no está al alcance de la población, por eso es desde la percepción directa de la realidad y desde la intuición que nos animamos a decir que nada cambiará demasiado luego de la probación del proyecto de Ley que ya fuera aprobado por la cámara de diputados y que seguramente será aprobado por el Senado,
El Estado serÃa administrador del sistema, por lo que nos corresponde indagar sobre el verdadero sentido de esta administración inserta en un modelo determinado y respondiendo a intereses ajenos a un verdadero proyecto nacional.
El actual gobierno ha reactivado la economÃa y trata de mantener un orden de la situación, es claro que ha habido épocas peores si tomamos en cuenta el desarrollo de la economÃa y cómo el crecimiento influye en la vida concreta de las personas. El mejoramiento del servicio de pasajeros aunque sea parcial es parte de esta polÃtica.
Pensar en ferrocarriles argentinos de industria nacional y considerarlo como el más eficiente y económico transporte de cargas y querer que esto contribuya a que disminuya en porcentaje el transporte automotor de cargas  serÃan enormes pasos a dar, recuperaciones históricas. Aunque  para señalar realmente una recuperación hay que pensar nuestro punto más alto y de ahà trasladarlo al contexto actual, es decir, como todo es relativo, medirlo en la escala actual.. Eso serÃa auspicioso tanto para el transporte de cargas como para el de pasajeros, donde serÃa deseable que el tren se utilizara muchÃsimo más que ahora.
Pero también, deberÃamos pensar que la estructura ferroviaria que tanto anhelamos establecÃa sus vÃas con destino al puerto de Buenos Aires para de esta manera servir al modelo de desarrollo imperante. DeberÃamos pensar en otra red ferroviaria, que estuviera orientada a la conectividad dentro del paÃs y que potenciara el desarrollo de las diferentes regiones y también que nos conectara estratégicamente con América Latina, destinado a la integración y el desarrollo autónomo, esa serÃa la estrategia en este siglo XXI.
No se trata entonces de recuperar la historia simbólicamente sino de construir un futuro esperanzador y concreto donde el ferrocarril tenga un rol preponderante.
Pensar en un sistema de transporte democrático, económico, ecológico que no malgastara la energÃa y que estuviera al servicio del bienestar de la población nos obliga a anticiparnos, a no renunciar a lo que sà es posible, a no resignarnos a actuar por necesidad tratando de mantener un orden que es necesario cambiar.