DOCUMENTO El nuevo DNU de entrega comprende una nueva embestida perpetuada por las corporaciones en complicidad con el Gobierno con el fin de apoderarse por completo de la producción de alimentos y el control de las cadenas alimentarias. Por. Carlos Calatayud. Emancipación Sur.       Carlo-Calatayud.Desde la página del Ministerio de Agricultura de la Nación se publicó una nota refiriendo a que el Gobierno emitirá un DNU para que la biotecnología se cobre en la semilla y, cito textual “… fijará que todos los pagos por derecho de propiedad deben realizarse en la semilla… y más adelante sentencia… la modernización del sistema de pago que establece que no haya dos derechos de propiedad sobre el mismo bien…†Mayo de 2015.- Los hechos no se analizan con una foto pero….  ¿ y con varias fotos? Los conocimientos y las innovaciones en las técnicas de agricultura, datan de más de 10.000 años de historia, siendo  ese saber de las comunidades y público. Hace más de 500 años… “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la Tierra. Y nos dijeron: “cierren los ojos y recenâ€. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la Tierra y nosotros teníamos la Biblia…†Eduardo Galeano. Entonces la lucha era por la tierra y siempre fue por la tierra y sus recursos. Los productores agropecuarios reproducían su propia semilla, y en algunos casos, tendían a experimentar formas de mejoramiento genético mediante los cruces de las diversas semillas de una misma especie. Como consecuencia surgió un consenso mundial para defender ese potencial del productor agropecuario y, por ende, su existencia como tal. En efecto, se impulsó la prerrogativa del productor de reproducir su semilla, estableciéndose que esta debería ser considerada patrimonio de la humanidad. Antes de los años ’30 la mayor parte de los proveedores de la semilla comercial eran pequeñas empresas familiares. La investigación genética era realizada por las agencias de los Estados y otras instituciones tales como cooperativas. Las empresas semilleras tenían por finalidad primordial multiplicar y vender las variedades de semillas desarrolladas en el dominio público. En 1936 se establece en nuestro país la primera iniciativa para instituir una protección legal de las variedades de plantas. Ya en ese periodo en muchos países en desarrollo, más del 80% de las semillas requeridas por los agricultores era provisto por la semilla almacenada de la propia cosecha u obtenida por canales no oficiales. A partir de entonces surgió una legislación tendiente a restringir estas formas de provisión de la semilla e inducir a los productores a abastecerse año tras año en las semilleras privadas. De allí que en los últimos años, en especial a partir de la generación de los híbridos y los transgénicos con la mal llamada revolución verde, inspirada por la fundación Rockefeller, comienza a tener una enorme primacía las grandes empresas semilleras transnacionales, que combinan su producción o difusión de la semilla con la de los agroquímicos producidos por ellos mismos. Desde la aprobación de la soja RR en 1996 hasta la fecha, el Estado, a través de la Comisión nacional de Biotecnología Agropecuaria, emitió autorizaciones comerciales para 30 eventos transgénicos en soja, maíz y algodón, y tuvo como beneficiarios a corporaciones tales como Monsanto, Syngenta, Bayer, Nidera, entre otras. Cabe destacar que de las 30 autorizaciones, 23 fueron otorgadas entre 2003 y 2014 por los gobiernos de Nestor Kirchner y Cristina Fernández. Como dato destacado las autorizaciones fueron otorgadas por simples resoluciones ministeriales, al igual que el actual DNU, evitando los debates públicos y sin tener en cuenta el principio precautorio y cuyos casos las evaluaciones ambientales se efectúan en base a estudios proporcionados por las mismas empresas. El Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial  Participativo y Federal 2020 del 2010 (PEAA 2020) diseñado por el Ministerio de Agricultura, cuyo objetivo fundamental consiste en alcanzar una producción de 160 millones de toneladas de granos, fundamentalmente soja en un plazo de 6 años, supone un incremento brutal de la superficie cultivada, que pasaría de 34 millones de hectáreas a 42 millones. La disputa entonces es sobre modelos, el modelo Neocolonial vs el modelo Emancipatorio. El primero  vive del extractivismo, resumido como agro minero exportador, basado en el sacrificio de los pueblos, el despojo de sus territorios y la devastación de la naturaleza. En términos sencillos diríamos extracción de minerales y explotación de la tierra para la venta como materias primas a otros países. En lenguaje real seria saqueo de recursos de parte de corporaciones con la complicidad de los gobiernos de turno en detrimento del pueblo y de la tierra. Así la explotación de los recursos mineros mediante la técnica de megamineria a cielo abierto y contaminante de parte de corporaciones transnacionales, devastación del corredor andino, transporte hasta el puerto en camiones privados, traslado hasta país extractor, peso en puerto extranjero y pago de regalía en base a declaración jurada del mineral en bruto de parte de la empresa. Monocultivo sojero, para lo cual se desplazan campesinos y pueblos originarios de sus tierras, devastación de bosques nativos (en la actualidad más de 2.5 millones de hectáreas), semillas genéticamente modificadas que producen cáncer y otras enfermedades y malformaciones conjuntamente con la implementación de técnicas de fumigación de plantas con agrotoxicos, químicos lesivos para la salud, no solo sobre los campos sino sobre poblaciones rurales también, sobreexplotación de la tierra para la producción de alimentos según las ley de mercado, mal llamados comodities, y concentración de la tierra en pocas manos. El nuevo DNU de entrega comprende una nueva embestida perpetuada por las corporaciones en complicidad con el Gobierno con el fin de apoderarse por completo de la producción de alimentos y el control de las cadenas alimentarias. Patentar las semillas es monopolizarlas y monopolizar es quedarse con la tierra. La semilla es el segundo eslabón en la cadena productiva, la primera es la tierra. De este modelo solo se benefician las corporaciones y los Estados potencia. Esto implica Colonia y Dependencia. Esto conlleva Muerte. En contraposición proponemos el Modelo Emancipatorio, el cual otorga al Estado un Rol Central para cumplir con su menester social, según los parámetros de economía social y en contra del neoliberalismo que tanto daño ha producido. Se plantea un debate profundo con miras a realizar una reforma agraria, otorgándole a la tierra una función social, tomando como modelo base y piso las reformas que en la materia ha ido implementado Bolivia y la Guatemala de Arbens. Este proceso implica la distribución de tierras, la prohibición del monocultivo y del uso de transgénicos y agrotoxicos, como así también el fomento a la producción de semillas nativas y criollas, y la circulación de las mismas bajo la administración del Estado en beneficio del pueblo y no de las corporaciones. Se trata de un cambio profundo en el modelo productivo. De este se beneficia el pueblo y el Estado. Esto implica Patria y Emancipación. Esto conlleva Vida.- La lucha, como hace más de 500 años sigue siendo por la tierra y sus recursos. Soberanía es el poder de decisión de un pueblo sobre sus recursos y la forma de producirlos en armonía con el ambiente. Carlos Calatayud. Emancipación Sur.