5 de Junio En el Día mundial del Medio ambiente decimos: para cuidar(nos), descolonializar. Sin Emancipación no hay Justicia Social, sin proteger el medio ambiente no hay futuro para la vida. Por: Laura García Vázquez     En el Día mundial del Medio ambiente decimos:  para cuidar(nos), descolonializar. Sin Emancipación no hay Justicia Social, sin proteger el medio ambiente no hay futuro para la vida.Justicia En el día Mundial del medio ambiente en este 2015, el PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente tiene tres consignas: Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación. Mientras, Martín Caparrós publicó en el 2014, un libro de investigación sobre El hambre que padecen casi mil millones de personas en este planeta que es el único, frente a esto, el  "consume con moderación" de las Naciones Unidas suena como un insulto a la condición humana.  Está claro que algo no funciona, y que no se protege lo que debiera ser protegido, pero para hacerlo habrá que encontrar la forma de que ciertas propuestas, como las que siguen a continuación de esta introducción puedan ser llevadas a cabo en forma concreta. En este caso son realizadas por el presidente Evo Morales, pero podrían ser de otro, lo importante es que los documentos pasen a ser acciones llevadas a cabo por los pueblos en forma democrática y participativa. Y en esto, América latina tiene una responsabilidad, o una oportunidad frente al mundo; la de proponer otro modelo productivo al servicio de la humanidad. Para eso también deberá cambiar la representación política que, con escasísimas excepciones trabaja el servicio de los que priorizan las ganancias a la vida: el poder económico y los gobiernos que sirven a este orden mundial de dominación y saqueo. 1- El desarrollo sustentable para el vivir bien, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra. Desarrollo Integral para Vivir Bien es producir para satisfacer necesidades reales, y no para desigualdad, y no ampliar las injusticias. Es combinar la ciencia contemporánea con la sabiduría tecnológica ancestral de los pueblos indígenas, campesinos y originarios que dialoga con respeto a la naturaleza. Es pensar en los pueblos y no en los mercados financieros. Es colocar a la naturaleza como centro de la vida, y al ser humano como una criatura más de esa naturaleza. 2- Soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas. Ejercer soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas no significa aislarse de los mercados mundiales, es vincularse a estos mercados para beneficio de nuestros países y no de unos cuantos propietarios privados. Soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas no es impedir la participación de capitales y tecnología extranjera; es subordinar esa inversión y esa tecnología a las necesidades de cada país. 3- Bienestar para todos convirtiendo los servicios básicos como derechos humanos. La peor tiranía que enfrenta a la humanidad es permitir que los servicios básicos estén bajo control de las empresas transnacionales. Para resolver las inequidades sociales es necesario incorporar en la legislación internacional y en la normativa nacional de todos los países, que los servicios básicos (el agua, electricidad, comunicaciones y el saneamiento básico) son un derecho humano fundamental de las personas. 4- Emancipación del actual sistema financiero internacional y construcciones de una vida, una nueva arquitectura financiera. Tenemos que crear y fortalecer bancos del Sur que impulsen proyectos industriales, que refuercen los mercados internos regionales, que fomenten los intercambios comerciales entre nuestros países, pero en base a la complementariedad, la solidaridad. 6 - Erradicar el hambre de los pueblos del mundo. Para lograr la erradicación del hambre, los países del sur debemos generar condiciones para el acceso democrático y equitativo a la propiedad de la tierra, que no permita el monopolio de este recurso a través del latifundio, pero que tampoco fomente la fragmentación minifundista e improductiva. Consolidar la soberanía y seguridad alimentaria, mediante el acceso a los alimentos sanos y saludables para el bienestar de la población. Eliminar los monopolios transnacionales en la provisión de insumos agrícolas para garantizar seguridad alimentaria con soberanía. Que cada uno de nuestros países garantice los alimentos básicos y propios que consume su población a partir del fortalecimiento de sus prácticas productivas, culturales, ecológicas, así como el intercambio solidario entre pueblos. 7 - Fortalecer la soberanía de los estados sin intervencionismo, injerencia no espionaje. Se requieren organismos internacionales que fomenten la paz, que eliminen las jerarquías mundiales y que promuevan la igualdad entre los Estados. Por ello, tiene que desaparecer el Consejo de Seguridad de la ONU porque en vez de asegurar la Paz entre las naciones ha promovido la guerra y las invasiones de potencias imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los países invadidos. Hoy en vez de Consejo de Seguridad hay un Consejo de Inseguridad y de Invasión Imperial. 8 - Renovación democrática de los Estados. El tiempo de los imperios, de las jerarquías coloniales y de las oligarquías financieras se está terminando. Por todas partes vemos a los pueblos del mundo demandar su protagonismo en la historia. El siglo XXI tiene que ser el siglo de los pueblos, de los obreros, de los campesinos, de los indígenas, de los jóvenes, de las mujeres; es decir, de los oprimidos. 9 - Un nuevo mundo desde el sur para toda la humanidad. Ha llegado el tiempo de las naciones del sur. Antes fuimos colonizados y esclavizados, y con nuestro trabajo robado se levantaron los imperios del Norte. Hoy, a cada paso que damos por nuestra liberación los imperios entran en decadencia y comienzan a derrumbarse. Pero nuestra liberación no es solo la liberación de los pueblos del Sur. Es a la vez la liberación de la humanidad entera porque nosotros no luchamos para dominar a otros; luchamos para que nadie domine a otro. La desigualdad, esa condición tan dolorosa, constituye un factor a combatir tanto dentro de los países como entre los países. El camino que proponen estas sabias propuestas sólo puede recorrerse con amplia participación de los pueblos, lo que implica favorecer la democracia participativa y realizar una lucha diaria contra el individualismo y el consumismo, males contemporáneos que funcionan como los grandes obstáculos a vencer en el camino hacia un futuro digno para todas las personas. Laura García Vázquez