Laura GarcÃa Vazquez.
Dirigente nacional de Emancipación Sur.
Entre ayer y hoy, 26 y 27 de julio, se cumplen 194 años del encuentro producido entre José de San MartÃn y Simón BolÃvar, conocido como la entrevista de Guayaquil (lugar donde se produjo) y que ha sido objeto de versiones distorsionadas dirigidas a contraponer estos dos hombres, que sin la menor duda han trabajado en todos los terrenos con el objetivo emancipador y común de liberar (no conquistar) América del Sur. En eso no hubo desentendimiento ni desencuentro.
“El encuentro de Guayaquil en verdad fue un acuerdo entre los libertadores, que persiguieron los mismos objetivos y en donde San MartÃn no tiene más remedio que dejar paso a BolÃvar porque él ha sido abandonado por el gobierno de Buenos Aires. BolÃvar estaba en condiciones de seguir con su campaña victoriosa. Hay toda una trama para oponer las dos figuras, sin embargo esa unión de los dos es el acuerdo que permite llevar a cabo la culminación de la guerra.†dice el historiador Hugo Chumbita.
También Felipe Pigna al referirse a las razones del “retiro†de San MartÃn menciona como causa principal el enfrentamiento que el gobierno de Buenos Aires, en la figura de Rivadavia, (sÃ, el mismos que comienza nuestra dependencia económica y polÃtica mediante el mecanismos de la deuda externa) y lo expresa de esta manera:
“Esta decisión tenÃa mucho que ver con la enemistad manifiesta de las autoridades porteñas, que habÃan abandonado a su suerte al Libertador y su ejército. Como vimos, el nuevo hombre fuerte de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia, viejo enemigo de San MartÃn, habÃa dado por concluida la campaña libertadora. Claro que para algunos suena mejor hablar de “misterio†antes que admitir que el Estado argentino –entonces en manos del “más grande hombre civil de la Argentinaâ€, al decir de Mitre– habÃa tomado la férrea decisión de destruir a San MartÃn, abandonándolo y quitándole toda capacidad de negociación y todo apoyo militar para terminar su gloriosa campaña. El general argentino tuvo que tomar entonces la drástica decisión de retirarse de todos sus cargos, dejarle sus tropas a BolÃvar y regresar a su paÃs.â€
Queda en nosotros, los latinoamericanos continuar trabajando por la emancipación y la integración de América Latina, y nos parece necesario señalar este horizonte en estos nublados dÃas, donde se torna imprescindible evaluar los lÃmites de los llamados “gobiernos progresistas†y construir, desde dónde y cómo sea, pero manteniendo muy nÃtida nuestra historia, una sociedad, un paÃs y una región de libres e iguales. Esto es imprescindible para que San MartÃn y BolÃvar no sean sólo monumentos más orientados hoy en dÃa al entretenimiento turÃstico que a colaborar con el espÃritu patriótico y la necesidad de liberación.