18 de septiembre 2016. A diez años de la desaparición forzada de Jorge Julio López reafirmamos nuestro compromiso con los 30 mil y exigimos: ¡MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA!
La segunda desaparición de Jorge Julio López se produjo en un contexto muy especial de impulso a los juicios por la verdad y reapertura de las causas penales por la comisión de crímenes de lesa humanidad. En esas primeras semanas de septiembre de 2006 tuvieron lugar hechos muy importantes, entre los que se cuentan las declaraciones testimoniales prestadas con motivo del juicio por la Noche de las Corbatas y la primera condena de nuestra historia por genocidio, precisamente contra el torturador y asesino Miguel Etchecolatz, responsable de la primera desaparición de López. La conmoción social producida en aquel momento, que aún perdura porque López no aparece, generó en los sobrevivientes, testigos, familiares y militantes comprometidos con la Justicia, una sensación terrible: la de retornar a los tiempos más oscuros de la vida de nuestro país.
A 10 años de la segunda desaparición de Julio Lopez “pasan los gobiernos sigue la misma impunidad”. A 10 años la causa sigue paralizada y no se sabe el paradero de Julio Lopez, ni lo sucedido el 18 de septiembre de 2006 cuando evidentemente su vida no contaba con la seguridad que los representantes del estado deberían haberle asegurado. Hubo silencio y abandono a partir de su segundo secuestro por parte de los distintos poderes, se han distorsionado hipótesis y pistas, y no se ha indagado por ejemplo sobre la que correspondía a la policía bonaerense.
Fue manifiesto el propósito de la desaparición de López: obrar como castigo ejemplificador ante su testimonio en la causa contra Von Wernich y Etchecolatz y atemorizar y disuadir a todos quienes apoyamos e impulsamos los juicios contra los autores y cómplices del terrorismo de Estado. Sin embargo, tuvo un efecto inverso. Los juicios siguieron y la Justicia fue cayendo sobre la gran mayoría de los genocidas. Hoy, si bien la política del gobierno de Macri pretende retroceder en el camino desandado por nuestro Pueblo, afirmamos que ¡los juicios seguirán cueste lo que cueste y la Justicia se impondrá sobre todos y cada uno de los criminales de estado!
Las medidas gubernamentales adoptadas con el fin de entorpecer la JUSTICIA y las declaraciones de diversos funcionarios cuestionando la MEMORIA y la VERDAD, nos deben unir y fortalecer. Debemos, entonces, hacer MEMORIA en honor a la VERDAD y para sostener el legítimo reclamo de JUSTICIA. Y marcharemos a 10 años de la desaparición de Julio Lopez contra la impunidad de ayer y de hoy, y contra la reinstalación de la nefasta teoría de los dos demonios que hoy se intenta.
Debemos decir que la defensa de los Derechos Humanos comenzó mucho antes de la última dictadura cívico militar. Así, infinidad de compañeras y compañeros desde hace más de un siglo han venido luchando y defendiendo los derechos de los oprimidos por un sistema socialmente injusto. Otras y otros, han defendido a las luchadoras y luchadores por la justicia social de las incesantes persecuciones gubernamentales. Esas defensas fueron resignificadas durante la dictadura y con posterioridad, en democracia. Adoptaron, por cierto, diferentes formas y sentidos. Entre otras, la que aquí nos ocupa: la bandera de la MEMORIA, la VERDAD y la JUSTICIA.
Debemos resaltar que los 30 mil, igual que Jorge Julio López, no fueron únicamente “víctimas” del terrorismo de Estado. Fueron parte de una generación que quiso cambiar la historia. Una generación que soñó con realizar una revolución que derrotara al capitalismo. Una generación que luchó por la liberación nacional. Una generación que aún está presente. Por eso el significado del NUNCA MÁS debe ser nunca más muerte, nunca más represión, pero nos esperanzamos con otra generación (UNA MÁS) que demuestre el compromiso de la que hoy, a través de este pedido de Justicia por Julio López, uno de sus integrantes, homenajeamos.
Debemos asumir el legado de esa generación que sufrió (pero también enfrentó con valentía) al terrorismo de Estado y hacernos cargo de sus luchas, hoy resignificadas. En ese sentido, la emancipación nacional, la justicia social, los derechos humanos, la integración latinoamericana son causas que debemos asumir y nunca resignar. Debemos forjar una nueva generación comprometida con la revolución que derrote este sistema de injusticia inconmovible.
Exigir JUSTICIA por Jorge Julio López, por otra parte, es también acompañar a los testigos que deben continuar declarando en los procesos en curso. Esas personas cuyo rol es de inestimable valor y cuyo sacrificio también es inconmensurable ¡Cuánto menos hubieran avanzado los juicios si no fuera por los testigos!
Esta fecha debe movernos a la reflexión: ¡un futuro mejor es posible! Y esta expectativa se la debemos al ejemplo de personas como Jorge Julio López que tuvo el coraje y la grandeza de enfrentar a sus torturadores y declarar en una causa vital para el desarrollo de los procesos por crímenes de lesa humanidad.
Debemos honrar su nombre y clamar por el inmediato esclarecimiento de su desaparición.
Exigimos:
PASAN LOS GOBIERNOS SIGUE LA MISMA IMPUNIDAD
JUCIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES POLITICOS Y MATERIALES DE LA SEGUNDA DESAPARICIÒN DE JULIO LOPEZ.
NO OLVIDAMOS, NO PERDANAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.
¡CÁRCEL COMÚN Y EFECTIVA A ETCHECOLATZ!
¡NO A LAS PRISIONES DOMICILIARIAS NI A LAS ABSOLUCIONES PARA LOS GENOCIDAS!
30 MIL COMPAÑERXS DETENIDXS DESAPARECIDXS: ¡PRESENTES! ¡AHORA Y SIEMPRE!
Corriente Nacional Emancipación Sur.