Juan Albaytero -dirigente de Emancipación Sur y precandidato a diputado nacional por el Frente Socialista y Popular en la provincia de BsAs

Un poeta popular quilmeño nos dice desde una pared ¡qué lindo es andar descalzo, cuando se tiene zapatos!

Algo así pasa cuando los biempensantes nos hablan del trabajo o mejor dicho de la falta de él y lo que deberíamos hacer en nuestra querida Argentina.

Estos señorones jamás han conocido ni de cerca las consecuencias de la desocupación y lo peor del caso, es que no pueden hablar de ella porque en general no han trabajado en su vida.

Así pontifican que lo que hay que hacer es “crear trabajo genuinoâ€, es decir un trabajo que produzca, que se sustente en el tiempo, que sirva a los fines del sistema.

Los que así se manifiestan, que tienen escenarios, micrófonos y cámaras a su disposición, no solo hablan de lo que desconocen, sino y fundamentalmente en su discurso ocultan una cuestión trascendental a la realidad por la atraviesan nuestros Pueblos.

Esa razón es que, desde hace casi cincuenta años se nos ha impuesto un modelo productivo y ese modelo tiene como uno de sus pilares, que no crea trabajo genuino, sino que hace precisamente lo contrario, destruye trabajo.

Esa destrucción de trabajo hace una condición necesaria al modelo impuesto. Se debe sostener una tasa de desocupación lo suficientemente alta como para hacer letra muerta a los derechos de los trabajadores, como medio para someter a estos.

Esto la Argentina ya lo vivió, fue la de aquellos tiempos que algunos todavía  reivindican, la de Argentina Granero del Mundo. Todavía se enorgullecen de una Argentina, con una economía primarizada, donde la población excedente debe estar condenada a una sobrevivencia inhumana.

Hoy, muchas décadas después somos un país de economía reprimarizada, donde quizás alrededor de veinte millones de argentinos sean población superflua, excedente.

Y como no hay que replicar las condiciones, los modos del esquema productivo impuesto, sino que la hora nos urge a plantear modelos alternativos, propuestas que tiendan a modificar la realidad económica y en particular a ña cuestión del trabajo.

En ese sentido,  desde hace tiempo venimos sosteniendo un planteo que rompa con el modelo impuesto, entendiendo este planteo solo como  comienzo, como principio.

Por ello decimos TREN + TIERRA = TRABAJO. Este planteo tiene un doble propósito. Primero: comenzar a romper con el modelo del agronegocio impuesto, generando experiencias concretas, como política de Estado, de producciones agroecológicas, con el fin de ocupar sustancialmente mayor cantidad de trabajadores en la producción de alimentos para ser consumidos por el ser humano; Segundo: comenzar un movimiento poblacional que tienda a romper con las concentraciones urbanas en condiciones infrahumanas.

Para que esto sea posible, solo el Estado Nacional tiene las posibilidades concretas para iniciar este cambio, tanto en lo presupuestario, como en la decisión política de llevarlo a cabo.

Ninguna de las fuerzas políticas que el sistema nos impone se hacen planteos de esta naturaleza.

Por eso es necesario cambiar de verdad para ir transformando ésta realidad, y porque estamos convencidos, decimos ¡PARA VIVIR MEJOR, VOTA DISTINTO!